A finales del siglo XVIII la sociedad fue sacudida por un impulso renovador, al grito de tres palabras claves: libertad, igualdad, fraternidad. Más de dos siglos, y aún no se ha alcanzado la meta. Pero ahora, a principios del XXI, una nueva palabra viene abriéndose camino: sororidad. Femenina es su sinónima "fraternidad", pero sororidad ahonda hasta la raíz más profunda para incidir en la fraternidad entre mujeres.
La Economía Social y Solidaria, respetuosa con el Planeta y la vida, no está al margen de esta nueva revolución. Frente a la amenaza de la desigualdad creciente entre los seres humanos y la degeneración de la casa común, este nuevo impulso gritado con una nueva palabra es un nuevo motivo de esperanza. Las mujeres del mundo conscientes de su dignidad pueden ser el nuevo impulso para un sistema social y económico más libre, más justo, más fraternal.
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